domingo, 1 de mayo de 2011

Starting

Lei este poema, hace dos semanas en la tertulia. Os gustó, pero necesitaba mucho más de mí. Creo que se lo he dado. Opinad vosotros mismos.


Me imaginaste mientras dormía,
me violaste sin saberlo.
Mordiste mis errores,
besaste la tierra de mis pasos en falso
y los tatuaste uno a uno.
Recordaste el camino tortuoso
y esa manía mía
de nunca caer del todo,
ese cansancio tenso
del equilibrista.


Un día
dejaste caer una moneda
y el roto de mi pecho
se la tragó.


Bebiste cada una
de mis indigestiones,
me cambiaste de sitio
el hígado,
me viste volver huyendo
de un monstruo tan feo

                                         (que tú)


Supiste,
antes que yo,
que el trasiego de sábanas
te traerían mi desgracia
para vestirla de destino y fortuna
de necesidad
                        y final feliz.

Te imaginé,
prestidigitador,
sosteniéndome en el aire
para obviar los golpes del tiempo,
cosiendo mis guantes al abrigo,
untándote papel de burbuja
por todo lo que pude ser.


Y tiraste del hilo
y sacaste el cobre
lleno de sangre,
                              de vísceras,
de la mitad de mí
                               que no eras tú
y lo guardaste en el mismo armario
del que sacabas los regalos.

5 comentarios:

  1. Wow!...... vaya que sí. Muy bueno.

    ResponderEliminar
  2. Es muy interesante este proceso de comprobar cómo va creciendo y evoluacionando el poema. Desde luego, hay una clara diferencia entre su forma original y el texto actual. A medida que se va desplegando, la trama emocional e icónica es mucho más clara. Todo parece estar mucho más detallado y no se detectan saltos bruscos entre los diferentes momentos de transición. Enhorabuena. Progresivamente, el texto va ganando. Me gustan especialmente la imagen del prestidigitador y el recurso al paréntesis en "que tú". Aunque sigo pensando que me gustaría más grieta que roto en el verso número 13.

    ResponderEliminar
  3. es un roto, porque es susceptible de ser cosido

    ResponderEliminar
  4. Entiendo lo de roto y me parece bien que no vayas a cambiarlo. Está claro que hay palabras innegociables en un poema y que van a estar sí o sí. Probablemente, por eso, dije / escribí lo de la grieta ya que, si yo tuviera que transmitir esa imagen, pensaría en una grieta que también se puede reparar con barro, yeso o cemento, dependiendo del lo que tengamos que reparar. En conclusión, deja roto. No trato de convencerte. Simplemente, es que soy incapaz de guardarme lo que pienso.

    ResponderEliminar
  5. Jajajaja... me parece bien. Pero incluso, ahí te puedo matizar. No es lo mismo coger la piel y estiarla un poco y coser, que rellenar con masilla. Jajajjaja. Es un mundo entero en torno a una palabra. Aunque sea sólo para mi. Y por lo demás, ni se te ocurre guardarte lo que piensas :)

    ResponderEliminar